
Mi nombre es Catalina, soy menudo, no llego a 1,65 mts, eso si bien rellenita y jugosa de carnes. Los hombre que han probado mi cuerpo dicen que soy exquisita por mis fina piel de “porcelana”, por mi duro y bien pronunciada colita, mis bellas y musculosas de piernas, y por que ademas poseo una guatica planita como de una atleta olímpico. Mi especialidad es que soy pura simpátia, muy juguetona, dulce y sobre todo complaciente en todas los sentidos. Les voy a contar una experiencia libidinosa y muy erótica sexualmente que tuve con un joven deportista alto y bello cuando todavía no me había decidido a convertirme en una puta de alta gama. El era un divino y tierno joven vecino del edificio donde vivía de nombre Camilo. Un día por casualidad nos encontramos en el ascensor yo venia con una mini falda y mi blusa escotada favorita, el estaba llegando de hacer deportes, todo sudadito, y olía rico por que se mezclaba su olor natural con una divina colonia que usaba. El todavía sudaba tanto que se le pegaba la franela deportiva a sus bellos pectorales . Se veía tan pero tan sexy, que me excite al tiro. Con solo mirarnos sentimos una mutua atracción física y unas ganas tremendas de tener sexo al instante. Estábamos completamente solos en ese ascensor y no podíamos perder la oportunidad.
Sin perder tiempo, el solo se me acerco, me toco mis senos e inmediatamente me hizo una seña para que apretara el botón de paro, desactivo la alarma antes de que empezara a sonar y entonces el elevador quedo a oscuras y completamente estático. Fue ahí que aprovecho para quitarme el breve escote que llevaba y a continuación empezó a besarme y manosearme suavemente mis pechos, espalda, cuello y entre muslos.
Yo ya excitada y ansiosa, le clave las uñas en su musculosa espalda y fue una sensación inolvidable y placentera, empece a palpar sus paraditas y duras nalgas y palpe que ya tenia entre sus piernas un grueso miembro disponible solo para mi. Como estábamos completamente a oscuras el encendió la luz de su celular para poder gozar visualmente todo lo que hacíamos
El me deslizo la blusa de mis hombros y pudo disfrutar nuevamente de mis dos hermosas tetas bien parados que se refirmaban gracias a mi fino sostén negro semi transparente que llevaba. Mi varón pudo admirar toda la circunferencia de mi areola, eso lo puso al rojo vivo, y seguidamente beso mi cuello, los lóbulos de mis orejas, y simultáneamente mis manos, no paraban de recorrer mi espalda, y mis glúteos. Luego Camilo aprovecho para desabrochar mi sostén y dejar mis senos al aire. Se puso mas excitado cuando empezó a tocar y lamer mis senos grandes y duritos, ya mis pezones estaban harto erectos. Y entonces llego el momento de penetrarme con furia y desenfreno.
Yo no aguantaba y empece a jadear repetidamente moviendo al mismo tiempo mi cadera, y el seguía metiendo y sacando con fuerza su sexo en lo mas profundo de mi concha, sentí su humedad y el rico olor de su sudor en mis partes intimas.
Hicimos un esfuerzo para que aguantar las ganas de tener un orgasmo simultaneo y seguir disfrutando de nuestros juegos eróticos en el ascensor por unos minutos mas. Y fue así que paramos por unos cortos segundos nuestro ímpetu y el me dio la vuelta para ponerme de espaldas. El como un macho desbocado comenzó a besarme y mordisquear mis glúteos haciéndome pegar pequeños gemidos, me termino de deslizar la tanga hacia abajo y pudo ver mi sexo completamente depilado, rosadito y mojado, con un rico aroma que termino de enloquecerlo
Seguidamente empezó a chuparme y a comerme mi vulva poco a poco, todo mi concha era completamente de el para que se deleitara, pasaba repetidamente su lengua caliente por mi sexo saboreando su sabor, disfrutando de la suave textura de los labios. Y entonces introdujo toda su lengua y parte de los labios dentro de la vagina haciéndome gritar y jadear descontroladamente como una leona en celo. Al rato cambiamos de roles, ahora yo quería probar su rico pene, baje mi cabeza al tiro a bajarle el cierre y descubrir su largo y palpitante miembro
Yo tome en mis manos su pene haciéndolo palpitar al acariciarlo antes de pasarle la lengua por todo su tallo, incluyendo los testículos y ascendiendo hasta el glande, lo rodeo con mi lengua y lo introduje poco a poco en mi boca. A el se le pusieron los ojos blancos al sentir una especie de “corrientazo” por el enorme placer que le produjo . Entonces le agarre los glúteos y clavándome las uñas empece a chupárselo lentamente y después aumente el ritmo hasta que empezó a jadear y revolcarse de la excitación
Finalmente no pudimos aguantar mas y el termino primero en un largo orgasmo con abundante leche en mi cara, mientras yo al tiro tuve mi orgasmo luego de meterme mis dedos suavemente en mi concha.
AKILES