
En una de mis contrataciones recientes, un cliente me buscó no sólo para tener el mejor sexo conmigo, sino también para ser alarde de su orgullo sexual, al ser un hombre muy activo y bueno en la cama. Quizás el mejor dotado y de largometraje que he visto
Comenzó por mostrarme sus fotos y videos íntimos teniendo sexo con diferentes mujeres y en múltiples posiciones.
Así nos intercambiamos material triple xxx(al mejor estilo hard core) y en realidad el hombre era casi un actor porno y no tardé nada, en darle el si de contratar mis servicios como su acompañante sexual.
Ya la sola idea de estar con alguien tan apuesto, con divinos dotes sexuales y una fisionomía muy bien cuidada, me ponía tan excitada que solté mis fluidos al instante.
Como chica Scort, nunca me había pasado semejante cosa y me fue muy excitante. Su simpatía al seducirme y sus ganas contagiantes de practicar sexo salvaje, ya me hacía entregarme toda a sus aventuras eróticas y atrevidas.
Él, es Douglas, un aficionado a la pornografía de 45 años, y que además, actualmente vende sus packs sexuales por internet. Yo, de verdad que quedé sorprendida de aquella belleza en fotos y videos íntimos, donde el hombre casi que reproducía algunas memorable pelis pornos con sus mujeres.
Mi nombre es Emilia, una morena de 34 años, colombiana, de cuerpo muy bien definido, gracias a mis largas horas de dietas y gimnasio, poseo unas tetas redondas y de grandes pezones, una cola durita formada y abultado y una vulva de labios gorditos.
Douglas, me llevó a su hotel favorito y allí le dimos rienda a sus alocadas fantasías. Me desvistió con delicadeza pero en el sexo se desbocó. Él, se excitaba viéndose así mismo teniendo sexo, y reprodujo desde su móvil celular, y en la pantalla de la TV, sus propios videos sexuales.
Ahí había de toco un poco, todo un recopilatorio de sus mejores culeadas, y un extenso catalogo de sus amantes de prácticamente las trece regiones de Chile. Mientras me lo hacía a mí, me halaba fuerte del cabello para que lo viera teniendo sexo.
Así me poseyó en cuatro patas (como a mi vuelve loca en posición de perrito), donde sin ningún consentimiento me metió sus 19 cts. de dura virilidad. Es un animal en la cama y yo me convertí en su puta preferida. Me penetró por la boca, como si fuera por el culo. Me pidió hacer gárgaras con su semen espeso. Me dejó un dildo en la cola mientras me penetraba por la conchita, Yo gemía mucho de placer y con la misma íbamos rotando las posiciones y el haciéndome que lo siguiera viendo.
Al momento de invadirme analmente, también me metió un vibrador en la vulva muy parecido a su pene, que al ritmo de rápida mano y las embestidas que me propinaba, me hacia venirme de chorritos sobre mi hombre.
No hubo gota de semen que se desperdiciara, todas las recogí dentro de mi cuerpo, nos paseamos por la cama, el piso, el mueble y terminamos bañándonos y teniendo sexo de en un rico baño bajo la desestrasante espuma y el agua calientita.