¡Dile adiós a la monotonía en tu relación!
Un fetiche sexual con muchos seguidores
Por lo general, el concepto de «pareja» va ligado a la exclusividad y la monogamia. Si bien esto funciona para un gran número de personas, otras prefieren establecer sus propios límites en base a sus gustos sexuales y fetiches. ¡No hay nada de malo en ello! Mientras los participantes de la relación estén de acuerdo, todo es permitido. Y es aquí donde entra el llamado cuckolding, una práctica en principio poco conocida pero que gana más y más adeptos cada vez, en la cual el concepto de «poliamor» toma un rumbo diferente.
¿No has escuchado del cuckolding? ¡Aquí te contamos!
Salir de la rutina no siempre es sencillo
Con el paso del tiempo, y de los años, muchas veces la llama de la pasión en la pareja se va extinguiendo y requiere tanto tiempo como esfuerzo por parte de ambos el mantenerla encendida. Caer en la rutina pasa factura en las relaciones, salir de ella es todo un reto, pero mientras exista amor y confianza —especialmente confianza— existen muchas formas de sobreponerse.
En el caso de las parejas de mediana edad, una de las soluciones que más ponen en práctica es probar cosas nuevas, ya que al contar con una relación sólida pueden hacerlo sin poner en peligro la confianza construida a lo largo del tiempo. Dentro de las novedades, una de las primeras opciones que se vienen a la mente es… integrar a un tercero en la cama.
Seguro que esto no te lo esperabas
Para explicarlo mejor, tenemos que remitirnos al origen de su nombre: es un anglicismo que viene a significar cuernos («cuck») en personas mayores («old»), aunque ¡ojo! Porque no es exclusivo de ellos, solo que por mucho tiempo fue más popular entre las personas que sobrepasan los cuarenta años.
Entremos a tierra derecha: en el cuckolding no se trata de meter a alguien más porque sí en la intimidad de la pareja, como podría ser un trío o el swinging. Aquí lo que se busca es que el hombre satisfaga su fetiche de ver a su media naranja siendo poseída por otro hombre, sin reproches ni celos de ningún tipo, ya que el tercer miembro también tendrá muy presente que esto no se trata de sentimientos, sino exclusivamente de satisfacer necesidades físicas y deseos escondidos.
Ver o escuchar: lo que te guste más
La mujer que pondrá su placer en manos de otro hombre tendrá relaciones mientras su pareja observa desde lejos, o le contará después con todo detalle cómo fue su experiencia, qué hicieron, y cada uno de los pormenores por pequeños que sean. Al fin y al cabo, lo que se busca es la excitación mutua para avivar la llama.
Lo más importante de todo esto es que la pareja pueda establecer con claridad cuáles son los parámetros para poner en práctica el cuckolding y así, disfrutarlo de forma segura y sin reproches posteriores. Como siempre, la comunicación es vital para preservar la confianza entre ambos.
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