El fin de semana pasado me contacta un cliente de esos que se aparece una vez al año. Esta vez andaba en otra de sus aventurillas sexuales y me buscaba para complacerlo en su apartamento junto a su esposa. Un trío de fantasía que deseaban hace mucho tiempo tener

Yo soy Alexandra una chica Scort de 35 años, muy delgada, cuerpo definido, lindas tetas y colita paradito.

Estos esposos son la familia Font Landinez, quienes llevan una vida sexual muy abierta y siempre andan en la búsqueda de experiencias extremas. Él es Luis y ella Isabel, dos apuestos chicos con cuerpos fitness muy jóvenes, de apenas 25 años y de temperamento sexual triple XXX.

Ya en su apartamento en esta fiesta de tres, nos bebimos unos ricas copas de vino champañizado. Bajamos las luces para tener una escena más íntima y entrar poco a poco en calor, les hice a los dos un baile sensual y seductor para que al ritmo de la música, me vieran desvestir y ponerlos muy excitados.

Ellos gozaban de la escena, se besaban, se metían manos, se masturbaban uno al otro, también se desvistieron aceleradamente y se vinieron hacia mí.

Ya lo tres desnudos y muy calientes, nos dimos lengua por todo nuestro cuerpo. Fui una especia del relleno de su sándwich sexual.

De pie Luis devoraba mi cola con un estupendo beso anal, mientras Isabel me comía por la boca, me mamaba las tetas y su rápida mano se perdía dentro de mi concha mojada.

Las piernas se me iban del placer y no me cansaba de gemir en esta orgía bisexual. Como yo era su banquete, sobre los brazos de Luis me llevó a la cama y abriéndome al máximo las piernas empezó a culiarme brutalmente. Isa se había agachado sobre mi cara y a la par de las embestidas de Luis, yo le mamaba la concha a su chica. Sus babas resbalaban por mi cara y mientras estos dos se gozaban al extremo mi cuerpo, se besaban sobre mí.

Con esa misma fuerza me cambiaron de posición y fui a parar debajo de Isabel propinándonos una divina culiada lésbica que gozamos orgásmicamente al máximo, mientras que Luis hacía, que las dos juntas, le mamáramos el miembro.

Ese hombre nos poseía a las dos por la boca. Cuando ya no pudo más, se pudo por detrás de nosotras y mientras nos frotamos con fuerza esos clítoris, él nos penetraba por la colita.

Yo no aguanté tanto placer y acabe dos veces seguidas quedando muy temblorosa. Aún con Luis dándonos muy duro por la cola a ambas.

Isa me puso a que le mamara su vagina, enterrando mi cabeza entre sus piernas hasta que acabó en mi boca y quedó como muerta.

Rápidamente Luis se vino hacia nosotras y poniéndonos de nuevo su balbuceante miembro entre nuestras bocas, hizo los últimos impulsos para vaciar toda esa rica, espesa y blanca leche en nuestros labios, cara y tetas.

Sus chorros de semen salían disparados y culminamos los tres dándonos lengua y recogiendo lo que quedaba de su leche.

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