Vengo de pasar un super rico fin de semana con dos clientes guapísimos y de paso gemelos.

Para mí fue una fantasía cumplida, ya que fue dupla perfecta en el sexo mas ardiente, en lo mas carnal. Claro esta que como chica Scort, he tenido mis buenos derrapes en dúos, tríos y orgías, esta vez fue diferente, porque era como tener inmediatamente el doble visual y corporal de un amante.

Soy Ivana, una chica de apenas 26 años, acompañante sexual de cabros cuicos, hombres maduros y hasta sesentones desde hace unos 10 años. Mi colita es redondito y duro, unas tetas divinas, naturales y firmes con pezones adornados por una par de piercing. Mi caballera es roja hasta la cintura y mi color de piel es morena clara.

Cuando estos cabros me contactaron, siempre me sentí haciendo todo doble, con dos tipos idénticamente iguales, hasta en sus pares íntimas. Sus poderosos miembros eran casi del mismo tamaño

Adrián y Enrique son sus nombres, hombres de 32 años, atléticos, delgados, de cuerpos definidos y lampiños, tetillas duritas, unas colas sabrosos, unos pubis tatuados con par de corazoncitos dorados y un hermoso pene colgante entre las piernas, descapotado, duro, grueso y firme como de unos 20 cm.

Los dos me al tiro me empezaron a tocarme suavemente mis piernas sin tregua. Desde el momento de irme a buscar y de llevarme al hotel comenzaron a meterme mano y a besarme mis piernas y tetas. A ambos los besé y recorrí con mi lengua para desnudarlos y avivar aún más el ardor del deseo, y a través de la brageta de sus pantalones empezaron asomarme  las cabezas de sus miembros por la liga del short. Les hice un baile muy sexual para que disfrutaran mi striptease y poco a poco, fui dándoles una probadita a esos dos ricos picos con curvaturas bien pronunciadas que se encontraban en frente de mí.

Los mamé hasta que sus babas inundaron mi boca. Sus cuerpos se estremecían de placer y sus manos me recorrían toda. Uno pellizcaba y acariciaba mis tetas, mientras el otro me escarbaba mi caliente concha y mi colita.

Hicimos un divino 69 con Adrián acostado abajo y Enrique de rodillas. Luego me subí encima del miembro de Adrián para cabalgarlo y para que por detrás me culeara  Enrique con fuerza. Disfrutaba al máximo a los dos haciéndolo al mismo tiempo. Así fuimos cambiando las posiciones con las que me hicieron acabar muchas veces. Sus chorros de leche me los dispararon dentro de todos mis orificios, en la boca, en mi colita y mi vagina.

Nunca se saciaban y de nuevo me lo ponían en los labios para que al ritmo de mi mano de una vez se les pusiera tieso.

Esa noche fue la que más esperma rica tragué. Me daban cachetadas con esos dos hermosos penes y yo gemía de placer para cerrar la noche con ricas dobles penetraciones tanto por mi dilatado cola como por mi mojada concha.

Ambos acostados boca arriba y de piernas abiertas haciendo como una tijereta, pudieron juntar sus dos miembros para que apretándolos con una mano, hicieron que me sentara sobre ellos, y entre mis gritos de dolor,  lujuria y excitación, casi me lastimaron. No conforme con eso hicieron lo mismo en mi conchita hasta que ambos acabaron dentro de mí. Al bajarme de ellos, los dos miembros chorreantes de leche los limpie poco a poco con mi lengua, nos fuimos a bañar juntos y a acariciarnos tiernamente.Al final de este sabroso baño nos vestimos y al tiro planificamos nuestra propia cita con estos gemelos de ensueño

Akiles

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