
En esta vida de acompañante y masajista sexual me ha sucedido cada cosa, que a una, no le queda otra, que convertirlo en todo un momento inolvidable para los dos o hasta para tres personas…
De tal forma que en mi diario de noches calientes quedó registrada para siempre la vez que me contrató don Arcadio, a quién le rondaba una fantasía muy íntima y que luego de discutirla con su mujer, decidieron llevarla a cabo.
Como dos animales en celo se pusieron a buscar y yo les gusté demasiado a ambos, para su deseo húmedo. Soy Anabel, una experimentada chica Scort de 40 años, venezolana con un cuerpo fitnes y todo en su punto: pechos, colita y una vulva riquísima y húmeda.
Arcadio me fue a buscar, traía consigo a su esposa, nos fuimos de cena, brindis y luego nos llegamos hasta el hotel, en donde tuvo que cancelar un extra para que nos dejaran estar los tres en una habitación.
Ambos habían tenido la idea de hacer un trío sexual, no tanto por esa fantasía que tienen muchos hombres de culearse a dos mujeres al mismo tiempo, sino también de ver a su esposa teniendo una relación lésbica con otra.
Nosotras empezamos comiéndonos a nuestro anfitrión, ese hombre de alta estatura, velludo, de gran atributo sexual y muy entregado a la pasión. Su mujer, una chica más joven que el, muy linda y aventurera orgásmica.
Lo desvestimos a la par de unos calientes besos de lenguas desesperadas y yo me senté en su cara para que me lambiera la concha y su esposa empezó a mamarle el pico que fue adquiriendo una gran erección. Ese hombre se movía como cogiéndola por la boca y yo restregaba suavemente mi clítoris en sus balbuceantes labios y lengua.
No aguanté y le acabé en su boca y lo dejé bañado completamente de mis leches femeninas. Ahí su mujer se sentó sobre su largo pene y comenzó a cabalgarlo mientras mi experto cliente Arcadio me metía su lengua en mi cola. Quedamos frente a frente y yo empecé a lamerle los dos pezones muy excitados a mi otra agasajada. Ese hombre se fue poniendo más excitado y desesperado al ver a sus dos mujeres teniendo sexo sobre él.
En un sobresalto puso a su mujer sobre la cama, me puso a mí en cuatro sobre ella y mientras él me culeaba por la colita con frenesí, yo le mamaba la concha a su mujer. Fue una rica orgía de momentos extralimites.
Cuando me soltó su chorro de leche dentro de mi ano, me dejó y cayó a un lado, mientras nosotras nos frotamos con desenfreno nuestras cucas, cogiéndonos una a la otra. Arcadio me besaba y seguía metiéndome sus dedos en el culo.
Luego agarró tu teléfono celular y comenzó a grabarnos y tomarnos fotos, luego su miembro fue agarrando de nuevo una fuerte potencia y nos puso a las dos a mamárselo, mientras dejaba todo registro en su móvil.
Akiles